Sólo un alimento vivo nos puede proporcionar vida.
El cultivo de germinados se puede considerar en sí mismo un instrumento de sostenibilidad. Es un método rápido y sencillo que nos permite obtener una gran cantidad de nutrientes, a la vez que no sometemos a los alimentos a ningún tipo de tratamiento ni causamos impacto alguno en la naturaleza como efecto de su cultivo. Al igual que las plantas verdes tienen la capacidad de regenerar el aire que nos rodea, las germinaciones sanean nuestro cuerpo expuesto continuamente a la contaminación del agua, del aire, de los alimentos, del ruido, de las radiaciones, …, rejuveneciendo y regenerando nuestros tejidos a un ritmo que la alimentación normal no permite. Por lo tanto, es una práctica muy recomendable para la alimentación de este siglo.
Tu huerto en el balcón, de Jabier Herreros Lamas y Gabriel Vázquez Molina
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