Conservar las flores secas en botes cerrados herméticamente
Cuando usamos las flores frescas aprovechamos todo su frescor y aroma en el propio momento de su explosión, sin embargo, la duración de sus aromas y propiedades es más efímera. Si queremos conservarlas hasta una semana sin que pierdan mucho color ni aroma, las guardaremos en tarros herméticos donde introduciremos una esponjilla o servilleta húmeda. Si, por el contrario, queremos disponer de flores durante todo el año, las podemos deshidratar. Esto lo podemos hacer extendiéndolas en bandejas que permitan el paso de aire, en habitaciones frescas y oscuras, o en secaderos solares, manteniendo la calidad y ganando un poco de tiempo. Para utilizarlas tenemos varias opciones: podemos hidratarlas de nuevo, sumergiéndolas en agua templada o ligeramente caliente durante cinco minutos y estarán listas para todo tipo de platos; podemos utilizarlas en infusión para aprovechar mejor las propiedades medicinales de muchas flores; podemos convertirlas en polvo y utilizarlas como colorantes y complementos alimenticios en sopas y consomés; o podemos machacarlas y servirlas en pescados al vapor, rebozar quesos o añadirlas en almíbares de frutas.
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