Nuestro bosque de alimentos sigue presentándonos asociaciones de lo más interesantes.
Aquí tenemos dos estratos, uno arbóreo, representado por el avellano y otro, herbáceo, representado por la agrimonia. Pero debajo de la tierra también muestran diferentes profundidades de trabajo.
Las capas profundas serán exploradas por el avellano. Una vez asentado, ramificará superficialmente haciendo un trabajo conjunto con las raíces más cortas y superficiales de la agrimonia.
El avellano nos moviliza el agua del subsuelo, drenándolo cuando es excesivo y buscándola cuando escasea.
La agrimonia moviliza el fósforo.
No es menos importante el regalo de nuestras protagonistas
en nuestra farmacia autogestionada.
Las hojas y la corteza joven de ramas y raices, tanto een decocción como een cataplasma
nos serán de gran ayuda en caso de varices, hemorroides y flebitis. La decocción de sus flores masculinas
nos aliviará gripes y depurará el organismo.
Por su parte, la decocción de la agrimonia nos descongestionará
las inflamaciones de garganta y la infusión de sus hojas.
será una aliada en las molestias hepáticas.
Las avellanas nos proporcionarán numerosos nuutrientes y el fuego de la madera
del avellano, un agradable calor en las noches frías.
La agrimonia nos guiña un ojo para que salgamos
de nuestro cascarón de problemas y nos compartamos en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario