Muchas veces, cuando pensamos en un bosque de alimentos nos centramos sobre todo en el estrato arbóreo, sin embargo, no hemos de olvidar que en el bosque todos los niveles cumplen su función. Un buen estrato herbáceo proporcionará un manto de vida al suelo que creará unas buenas coondiciones para el desarrollo de nuestros árboles. Es el caso de las dos protagonistas de este espacio: la parietaria y el orégano. Además de recubrir el suelo del bosque, proporcionando frescor y humedad en las épocas calurosas, así como abrigo en las frescas, actuando como repelente silvestre de plagas y atrayendo a los bienvenidos polinizadores, nos proporcionarán durante gran parte del año alimento y medicina gratuitas.
La parietaria no sólo la veremos en los niveles inferiores dde nuestro bosque, sino también en los verticales, es decir, muros y paredes. Aunque no estamos acostumbrados a utilizarla en demasía, constituye una buena verdura, cocinada como las ortigas o las espinacas, hará buenas migas en platos de menestras, en purés y en ensaladas. En el botiquín no es menos valiosa por sus propiedades antiinflamatorias internas, cicatrizantes y expectorantes.
El orégano, más conocido y utilizado, podemos utilizarlo en nuestras ensaladas y guisos, combinado con tomates, malvas y dientes de león. De esta manera, mejorará nuestras digestiones. Tenerlo en nuestro botiquín será de gran ayuda como expectorante en casos de bronquitis.
Al igual que crecen juntas, podemos combinarlas en un vino digestivo y expectorante, infusionando 20 gramos de cada planta fresca en medio litro de vino y dejándolas reposar durante media hora. Una vez filtradas y templadas, podemos tomar un vasito pequeño antes de las comidas como digestivo y expectorante.
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