Somos naturaleza, pero no somos imprescindibles para la naturaleza. Aprender a relacionarnos con ella es el gran reto de la humanidad. ¿Qué es lo que nos enlaza a una roca, a una hierba, a una abeja, a un árbol?. ¿Qué es lo que nos une a las otras personas?. La ciencia y la tecnología pretenden explicarlo todo, pero hay cosas que sólo puede explicar la poesía, que vive dentro del mismo ser de todas las cosas. Los lazos invisibles nacen como un espacio que nos una, que provoque el afloramiento de lazos de justicia y de solidaridad, que colabore en la búsqueda de la esencia del conocimiento, que nos acerque a la naturaleza de los huertos, de los bosques de alimentos, de las sinergias humanas, pero no sólo con un lenguaje técnico o funcional, sino a través del espejo poético donde nos veamos a nosotras mismas enlazadas con el mundo. Ponerse enfrente, abrir los ojos, mirar y preguntarse: ¿Cuáles son los lazos invisibles que nos unen a todas las vidas de este planeta para convertirnos en una sola vida?.
... Las recogió a todas
y continuó su paseo por el huerto.
No quiso invadirlo, no quiso descubrir sus secretos,
solamente intentó convivir con ellos.
Lanzó las letras al aire y
soñó que el viento
las llevaba a todos los huertos.
de Aprender y disfrutar en el huerto.
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